Uno de los espacios más desagradecidos a la hora de limpiar son los espacios que rodean la base de los sanitarios.

En particular, el inodoro y el bidet suspendidos no se comercializaron de forma masiva en España hasta los 90. Las ventajas que presenta este tipo de sanitarios, se centra sobre todo en la facilidad de limpieza de los suelos. Aunque no es la única ventaja. Su diseño evita los recovecos y presenta líneas más rectas.
Dentro de los sanitarios, los lavabos han sido los primeros en eliminar el pie, sustituyendo ese espacio por la colocación de encimeras o muebles de baño. Hoy en día la totalidad de lavabos se colocan al aire o apoyados sobre una estructura. Sin embargo, el resto de sanitarios, inodoro y bidé, requieren de obras que cambien la estructura de fontanería lo que, sin duda, dificulta el cambio.
El precio de estos sanitarios es superior al de los de suelo. Motivo que reduce su elección por aquellos de pie, especialmente en obra nueva. En el caso del inodoro el precio se incrementa unos cien euros. También por ello, el sanitario suspendido aumenta el valor y exclusividad de un cuarto de baño.